El
tiempo vuela. Más cuando sientes que lo estás aprovechando. Más cuando
disfrutas. Anteayer estaba levantando los brazos en el paseo de Ponta Delgada
en mi cita anual con el Triatlon de las Islas Azores. Ayer me relajaba durante
las merecidas vacaciones de cuatro semanas para recargar baterías. Y, casi sin
darnos cuenta, estamos otra vez en faena. Unas semanas de adaptación a la
rutina; bueno, más bien unos días. Las baterías tan cargadas no ayudan a
empezar despacio. Pero aunque no despacio, buena letra por favor. Esas malas
sensaciones, con el corazón disparado y sin embargo piernas frescas por el
descanso reciente, se van tornando en mejores impresiones y pulso en valores
normales, al tiempo que volvemos a tener piernas “patapalo” quejándose con cada
escalón que nos hacen subir conforme encadenamos entrenamientos.
Me encantan estas
semanas. Sí, sé que en este menú de las primeras semanas de entrenamiento falta
el ingrediente principal: la competición. Pero es tiempo de trabajar sin
prisas. De acumular. De poner en práctica todo lo aprendido en los anteriores
meses de lucha. Y si por algo de verdad me gustan, es porque son semanas para
soñar. Empezar a diseñar el calendario conlleva ineludiblemente emocionarse con
los próximos retos. Bocetos, propuestas, ideas,... pero sobre todo sueños.
¿Quién no se imagina haciendo la carrera de su vida en esa prueba que justo
acaba de decidir que será su gran reto para este 2013? ¿Quién no sueña en voz
alta con todo lo que va a mejorar poniendo en práctica todo lo aprendido en los
anteriores meses de competición? ¿Quién no se emociona en estas semanas
sabiéndose capaz de romper de nuevo sus límites? No lo puedo evitar, sé que son
días fríos, con lluvia y sin carreras en el horizonte cercano, pero soy un
soñador confeso. Me encanta la llamada pretemporada. Me crezco cada día. Y por
muchas capas de ropa que lleve encima y mucha lluvia que resbale por mi cara,
mi cabeza está divisándome en bañador, bajo un Sol de justicia, levantando los
brazos tras realizar un carrerón en ese gran reto del 2013.
Y si hablamos de
Sol, ¿por qué no ir en su busca y hacer esas fantasías veraniegas más reales?
Por segundo año, estoy en Sudáfrica, con mi “familia sudafricana”. Como me
decía la madre de Richard Murray al recogerme en el aeropuerto: “Bienvenido a
tu segunda casa”. Acorto los casi cinco meses del pasado año, por cuatro
semanas. Algunas cosas han cambiado. Recuerdo a Richard desviviéndose por
encontrar a un sponsor de bicicleta que no aparecía. Ahí aprendí una primera
lección: “si en la vida quieres ganar algo, primero hay que invertir, hay que
gastar dinero de nuestro bolsillo”. Tras intentarlo por activa y por pasiva,
Richard terminó comprándose su propia bici. Ley de Newton. Unos días después
conseguía el patrocinio de otra casa comercial. Este año su garaje está lleno
de bicicletas, tope gama. Una de las marcas más deseadas ha llamado a su
puerta, y no solo con material. La historia es extensible al resto del equipamiento.
Por mérito propio se ha convertido en uno de los “big names” dentro del
circuito ITU y por mérito propio se ha ganado que grandes marcas
internacionales se quieran asociar a él.
Otras cosas no han
mudado. La vida sigue igual de espectacular en Cape Town. Cambiar invierno por
verano es siempre adorable. La lluvia sin stop de las últimas tres semanas en
casa se ha convertido en sol perenne en nuestra nueva ubicación. Los manguitos,
solo cuando salimos a pedalear antes de que se haga de día, es la única pieza
de ropa larga que nos hace falta. Chubasqueros, mallas, guantes y gorros,
cazadoras... se han quedado en tierra. En mi maleta solo ropa ligera y sueños
pesados.
Dicen que a los
buenos amigos no les importa cuando tiempo haya pasado desde la última vez que
han estado juntos; que desde el primer minuto uno siente como que ese último
día ha sido ayer. O hace unas horas. Sin necesidad de ponernos al día, Richard
y yo reímos, hablamos, vivimos y… entrenamos. Me sorprende su nuevo salto de
calidad en el agua. Más que salto, una continua progresión desde que en su
cabeza vive la palabra triatlón. Durbanville es nuestro centro de operaciones,
desde donde fácilmente nos movemos a Stellenbosch o Ciudad del Cabo. La
experiencia del pasado año, la confianza con mi familia sudafricana y mis
progresos con el inglés, hacen que en este segundo capítulo me sienta realmente
a gusto. Entre agradables entrenamientos bajo un Sol perenne y algún
compromiso, van pasando los días. Aunque también hay tiempo para el relax. Un
fin de semana en familia para celebrar el cumpleaños de “mis” padres. Vamos a
Arniston, un pequeño pueblo de pescadores. Doscientos kilómetros en coche desde
Ciudad del Cabo funcionan como una máquina del tiempo trasladándonos a otra
civilización: sin internet, sin TV y sin teléfono. El relax está asegurado.
Más
cuando vemos nuestra casa para estas mini vacaciones: una acogedora
construcción al borde del Índico, con la playa tan solo alejada por nuestras
ventanas. Pero el relax no nos exime de nuestras responsabilidades. Aunque les
damos un toque especial, las sesiones de carrera a pie discurren por Parques
Naturales o son directamente trails por la arena de la playa o sus
espectaculares acantilados. ¿Y en bici? No hay mucha diversidad, una única
carretera asfaltada es la que llega hasta Arniston. En ella nos embarcamos con
la idea de llegar hasta un punto místico. Cape Agulhas es el punto más al sur
del continente africano, el lugar donde confluyen el Atlántico y el Índico.
Foto conmemorativa, una postal para regalar y un pastel de carne para afrontar
con garantías los 70km de vuelta.
Los días pasan,
volando, y en breve ponemos punto y aparte a esta bonita primera etapa de
pretemporada. Los sueños se entremezclarán con la especia que mejor condimenta
nuestra vida deportiva: la competición. Mi debut será en la Cape Town ITU
African Cup. Pero las sensaciones que allí viva, junto con los retos y sueños
que guían mis pasos, tendrán cabida en mi próximo Universo Tri.
3 comentarios:
Que envexa sana ó ler estas historias! Moito ánimo e sorte para esta nova temporada que seguro virá chea de éxitos!
Sigo deleitándome cos teus escritos, cos teus soños en forma de palabras. Que sumes moitos éxitos e moitos podios nesta tempada. O bo está por chegar ;)
Espectaculares crónicas. Algún día terás q escribir un libro e dar mais datalles de todo isto pros que quedamos con ganas de mais. Lumérrimo !
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